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Aceite esencial de Árbol de Té

9,68

Melaleuca Alternifolia Leaf Oil

Es uno de los aceites esenciales más versátiles que existen. Tiene un efecto antiséptico triple que actúa contra las bacterias, hongos y virus. Es además cicatrizante, antiinflamatorio, desodorante, expectorante y balsámico. El Aceite esencial de Árbol de Té es un remedio potente contra todo tipo de infecciones, por eso es conocido como el “curalotodo” natural australiano.

Recibirás este aceite esencial en un nuevo formato, el cual incluye un cuentagotas para que su utilización sea más facil y una pequeña guía de uso de los principales aceites esenciales, disfrútalo.

COSMOS ORGANIC certificado por Ecocert Greenlife

12 ml

Hay existencias

Descripción

Aroma y principios activos

Con una nota olfativa media, el Árbol del Té tiene una aroma herbal potente que promueve la mejora del sistema inmune.
Se obtiene por destilación de las hojas y su principio activo predominante es 4-terpineol.

Aplica unas gotas de aceite esencial directamente sobre el cabello, tápalo con un gorrito de plástico y lo déjalo actuar durante veinte minutos.
Antes de enjuagarte con el champú, añádele a éste tres gotas más de esencia para potenciar su efecto. Una vez aclarado, péina con un peine metálico (nunca de plástico) impregnado con Árbol del Té para acabar de eliminar las liendres.

Si utilizamos en el lavado cotidiano el Gel-Champú Árbol del Té estaremos protegidos contra estas plagas

Árbol de Té

El aceite esencial de Árbol del Té, conocido por su nombre en inglés tea tree proviene de Australia. Este aceite esencial se empezó a conocer a finales de 1700. Un oficial de la marina británica, James Cook, se interesó al llegar a Australia por cómo los aborígenes elaboraban toda una serie de remedios con las hojas de este árbol. Con ella paliaban infecciones y trataban numerosas enfermedades cutáneas. No fue hasta el siglo XX cuando se empezaron a estudiar científicamente sus propiedades. Se constató que sus cualidades antisépticas y bactericidas eran superiores a las del ácido fénico, que era el desinfectante más utilizado en esa época. Pero a la vez concluyeron, y éste es el dato que convierte a este aceite esencial en algo muy especial, que no era tóxico y no dañaba la piel; todo lo contrario, la regeneraba de inmediato. Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados australianos que estaban destinados en las selvas del sudoeste asiático, llevaban en su botiquín una botella de árbol del té. Con ella curaban las típicas afecciones dérmicas tropicales ya que es un milagroso remedio cutáneo.