Descripción
El árbol que da origen…
El karité proviene de las nueces de un árbol africano que recibe este mismo nombre. Se ha utilizado durante siglos en África por sus propiedades curativas e hidratantes excepcionales. Es totalmente natural y todo el mundo la puede usar, desde bebés hasta ancianos. Puedes aplicarla sobre el rostro, cuerpo, manos, codos, pies, rodillas, labios y zonas íntimas.
Coge la dosis necesaria y frótala con ambas manos. Verás que rápidamente se funde y en segundos obtendrás una emulsión sedosa y de fácil utilización para aplicar directamente sobre tu piel o cabello.
Personaliza su efecto y mézclala con muchos otros ingredientes.
¿Graso? Para nada…
Pese a su aspecto graso el Karité no es comedogénico (no produce granitos). Es un gran aliado para el cuidado de todo tipo de pieles, desde las más sensibles a las más grasas. Incluidas las pieles que tienden a problemas dermatológicos como descamaciones, dermatitis, psoriasis, eccemas… Un básico irremplazable en tu botiquín natural.
El Karité tiene muchísimos usos ¡Conócelos!
Si tienes la piel seca lo ideal es que te apliques dos veces al día Manteca de karité y notarás grandes mejoras en pocos días.
Piel fina y suave: llena la bañera y vierte una cucharada de karité, extenderá una fina capa invisible por todo el cuerpo, que quedará terso, satinado, hidratado y muy suave.
Embarazo: previene la aparición y la formación de estrías. Durante la lactancia previene la formación de grietas en el pecho y protege al bebé de enrojecimientos de la piel por la fricción de los pañales, lo puedes aplicar todas las veces que sea necesario.
Triatletas: Para las rojeces e irritaciones, solo tienes que poner un poco de este producto todo la noche y a la mañana siguiente habrá desaparecido.
Crema solar: Lo puedes utilizar como protector solar… pero ojo¡¡ no te pienses que tiene filtro total de protección. Tiene una cantidad baja de SPF para protegernos de los primeros rayos de sol, o cuando ya estemos bronceados y queramos proteger nuestra piel o el cabello.
Callos, nos sirve para ablandarlos y si tenemos ampollas nos ayudará a curarlas.
Mascarilla capilar: unta el pelo con manteca de karité y envuélvelo con una toalla durante 20 minutos, lávalo después con tu champú de MON . Ideal para nutrir el cabello seco.
Fortalece las uñas. Las manos son una carta de presentación de las personas. Las uñas quebradizas o mordidas significan inseguridades o debilidades. Con este producto natural se evitan las roturas y aumentarás su brillo.
Si tienes los labios agrietados la Manteca de karité será tu mejor aliada, solo tienes que poner un poco sobre los labios y las grietas desaparecerán rápidamente.
Previene la formación de llagas, regenera heridas y activa la curación dérmica de los herpes.
Las personas con SQM (sensibilidad química múltiple) pueden usarlo sin problemas como cosmético diario.
Previene la irritación. Ideal para utilizar después de afeitar y evitar las irritaciones en las zonas más sensibles.
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